San Francisco

Después de muchas horas en diferentes medios de transporte llegamos al aeropuerto de San Francisco, procedentes de New York. Llevamos tres semanas bastante frenéticas y nos sentimos como los japoneses cuando se recorren toda Europa en una semana y vuelven con un álbum de fotos de los principales monumentos de cada lugar.
Esto hay que cambiarlo y San Francisco es la ciudad ideal. Nada más llegar al Adelaida Hostel, en el centro de la ciudad, decidimos alargar nuestra estancia una noche más. Visitaremos la ciudad con tranquilidad en tres días ,sin prisas, contagiándonos de su gente, sus tranvías y sus barrios claramente diferenciados.

Recorremos a pie sus típicas calles con subidas y bajadas empinadas tan retratadas tanto en el cine como en los videojuegos de coches y persecuciones callejeras. Realmente le dan un aire diferente a la ciudad y destrozan las piernas más que cualquier spinning en el gimnasio. Por eso los tranvías, a parte de haberse convertido en una atracción turística más ( + del 80% de los usuarios son turistas), sirven de transporte ideal si no se tiene prisa y no desesperas cuando se estropean o van llenos.

Visitamos los puntos más conocidos de la ciudad como el Golden Gate, las casas victorianas con vistas sobre la ciudad moderna, la Coit hill.... No nos defraudó, es tal como la imaginábamos y acabó sorprendiéndonos con el encanto de los barrios de CASTRO y MISION.

De San Francisco

Castro, por su significado histórico en cuanto a la lucha por los derechos civiles de los homosexuales, personificados en la figura de Harvey Milk y que en los años 70 llegó a ser concejal de la ciudad gracias a su perseverancia y no arrugarse ante el poder conservador existente. Una película reciente, con Sean Penn encarnando a Milk, describe a la perfección los sucesos de aquella epoca y su ascensión política en SF.

De San Francisco

Misión tiene un encanto diferente, colocado entre dos colinas, y con un marcado acento mexicano, fue el lugar de acogida de la mayoría de los hispanos en la ciudad. Recorriendo sus calles da la sensación de estar en el propio México, con sus taquerías en cada esquina y sus murales callejeros a modo de grafittis, representando sus orígenes indígenas. Actualmente, como casi siempre pasa, la parte alta se ha vuelto demasiado cara para que puedan habitar, pero el aire sureño se sigue respirando con fuerza.

De San Francisco

Creo que si tuviéramos que escoger una ciudad para vivir en EEUU, ésta sería sin duda San Francisco.