27 jun 2011

Última etapa, India

Para el final de nuestro viaje dejamos uno de los países o subcontinente, como le llaman, con más riqueza, cultural, religiosa, histórica y gastronómica, India. Y que mejor que tener un primer contacto que en New Delhi? Ciudad donde la mezcla de todas estas virtudes es más evidente.

En un principio nuestro paso por la capital iba a ser relámpago, un par de días y a visitar otros lugares. Pero nuestro continuo cambio de planes y una reserva de avión hacia Leh, en el Himalaya, alargó la estancia 4 días. A pesar del intenso calor, tuvimos tiempo de visitar parte de la ciudad y sus monumentos más representativos. Empezando por su céntrico y concurrido Red Fort (Lal Qila). Supongo que al ser sábado la cantidad de visitantes locales se multiplica, a parte del precio de la entrada, 5 rupias para los locales y 250 rupias para extranjeros. Con razón, en la cola para entrar, un grupo de hindús bajo el sofocante calor, rompieron a reír cuando comparamos nuestros tickets. El recinto es un antiguo palacio enmurallado (1648) de unas cuantas hectáreas de terreno que por desgracia no está casi mantenido, ni restaurado. Solo conservan un aspecto renovado los muros y entradas al fuerte de un color rojo oscuro.

De New Delhi

Mucho mejor conservado y majestuoso a la vez que delicado es la tumba de Humayun. Un voluptuoso edificio del siglo XVI, con la típica cúpula persa, que fue construido por la esposa del segundo emperador Mughal, Humayun, para que descansaran sus restos mortales y que sin duda recuerda arquitectónicamente al famoso Taj Majal. Esta construido en piedra roja y mármol blanco, rodeado de varios km de canales de agua y unos bonitos jardines con cuatro entradas diferentes.

De New Delhi

El Museo Nacional fue otra visita interesante. Aunque también dejaba mucho que desear el estado de las instalaciones, todas las piezas que contiene son de gran valor artístico e histórico. Ofrece un repaso por las diferentes corrientes y épocas tanto en escultura, tallas de madera, pinturas y representaciones religiosas. Dioses hindús como Brahma, Vishnu, Shiva, Ganessa y diferentes figuras de Budha eran sin duda los protagonistas de la exposición. Tallas de madera de A.C., cornisas de templos, pinturas en miniatura de las continuas guerras y las monedas indias utilizadas en su historia completaban el museo, con unas cuantas salas cerradas por reforma.

Aunque una de las visita más impactantes fue la de la residencia de Mahatma Gandhi durante los últimos días de su vida, el Gandhi Smriti. En el exterior se encuentra el lugar donde fue asesinado el 30 de Enero de 1948, mientras estaba rezando. En el interior un repaso por su vida y la importancia que tuvo su lucha pacífica y desobediencia civil en el devenir de su país. Fotos históricas, relatos de sus pensamientos y artículos en los diarios llenaban la primera planta. En la segunda una exposición multimedia muy interactiva pero limitada en tiempo y forma por una guía personal que te iba pasando de una habitación a otra a un ritmo frenético. En el porche su habitación austera y sin mas que una cama y un escritorio, recordando su renuncia a las posesiones materiales.

De New Delhi

A parte de estas visitas obligadas y nuestro rápido paso, después de la oración de la tarde, por Jama Masjid, la mezquita musulmana más grande de India, con cabida para 25.000 personas, lo que más recuerdas de Delhi son sus bazares, barrios, rickshaws verdes y amarillos , su caos circulatorio y la mezcla de gente y comidas. Quien había dicho que la comida vegetariana era aburrida? Quien tenga todavía dudas que se pase por India y pruebe entre otras cosas sus Thalis, bandejas metálicas con cabidades para diferentes cocinados vegetarianos. Si tienes suerte de elegir el día y lugar, como la tuvimos nosotros, te van rellenando la bandeja sin parar, naan, biryani y rotis también estaban incluidos. Y si no eres vegetariano, el cordero es la mejor opción, porque entre tanto hindú que no comen ternera y tanto musulmán que no comen cerdo es difícil encontrar otras carnes, excepto el omnipresente pollo.

De New Delhi

Y hablando de bazares el de la salida de Jama Masjid, no tiene desperdicio. Es un barrio mayoritariamente musulmán y la mezcla de gentes que encuentras es alucinante. En cierta forma parece que estés en Marruecos pero con el añadido hindú. Vacas por la calle, corderos atados en cualquier puerta, hornos de piedra, olores, rickshaws, pitidos, humo, pieles, comida, gente......esto es India en estado puro!

De New Delhi

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